Abel Espinoza Valdebenito: el nombre que pasa en el viento

By on 23 julio, 2024

Por Marco Silva Cornejo, vecino del barrio

Son interesantes y maravillosas las coincidencias del vivir en el invisible mar de Loncoche. En estos días despedimos a uno de los nuestros, un gigante que siempre navegó acunado al ritmo de las melodías infinitas que nos dejó como memoria patrimonial de su paso por esta vida y esta comunidad que lo reconoce.

Abel es un nombre singular, que en la etimología del término significa en el antiguo hebreo; soplo pasajero. Tal cual, como el sonido de las armonías que navegan junto a él a orillas de este rio cruces, como los bronces del altar mayor que hoy se visten de gala para recibirlo en la cuna de sus creencias.

Es tarea de todos trabajar en su memoria y solicitar a la autoridad local, cumplir ahora más que nunca el compromiso de los primeros meses de gobierno de recuperar el Templete de la plaza de armas para el desarrollo de la comunidad al sonido de las bandas de nuestra comuna.

También está pendiente retomar la “Cantata a Loncoche” cuyo texto pertenece a Francisco Méndez y cuya musicalización estaba a cargo de la Banda Santa Cecilia, todo ello bajo la dirección de Hugo y Manuel  Jara. La mejor manera de honrar la figura y aporte de quienes tanto han dado por   Loncoche es cumplir con la palabra empeñada y así materializar sus sueños como homenaje por su entrega y aporte.

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