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Crisis sociales y sanitarias; liderazgos gobernantes y funcionamiento psicopatológico

By on 6 abril, 2020

Por Marco Silva Cornejo

Psicólogo. Magister en Ciencias Sociales Aplicadas, Académico Carrera de Piscología UST

Docente UFRO y CFT TWK

 Los contextos de crisis producen diversos efectos en los sujetos y en las comunidades humanas. La sensación de amenaza y la tensión con la supervivencia permeabilizan los mecanismos defensivos más elaborados de la estructura psicológica y posibilitan que las personas se comiencen a mostrar en sus funcionamientos adaptativos desde su esencia más primitiva y original, vale decir aquello que organiza su personalidad de manera más constante y permanente.

En el contexto descrito,  resulta interesante observar como los liderazgos políticos en diferentes dimensiones del espectro nacional presentan dinámicas y comportamientos que llaman profundamente la atención de la población que sorprenden y desbordan el sentido común, generando la atención de notables columnistas como es el hecho de Carlos Peña y Daniel Matamala quienes este fin de semana dedicaron sendas columnas al actuar de las autoridades en el contexto de la crisis.

La psicopatología como campo de estudio de entidades morbosas ha presentado  cierta coherencia y consistencia en la comunidad científica referida a las características funcionales de un perfil psicopático de la personalidad, (Capponi, 1999; Almonte, 2013), destacando la presencia de un grupo de tres grandes características que pareciera necesario que la comunidad conozca.

En primera dimensión opera la MENTIRA como mecanismo de articulación de su vínculo con el entorno y  la realidad social, personas que mienten de manera automática y que sostienen la mentira pese a que todas las evidencias los han descubierto. Tienden a desprestigiar  vía conversaciones informales a sus  legítimos oponentes.

En segunda dimensión y directamente relacionado con lo anterior, tienen una profunda dificultad para EMPATIZAR con los otros y otras, siempre son sus necesidades primero y si cometen un error la culpa es externalizada y nunca asumida, por tanto  dicho en chilenismo tienden a culpar más al empedrado que ver la responsabilidad en el espacio de lo propio. Esto hace que sean muy manipuladores y encantadores, teniendo grandes habilidades sociales pero que son superficiales e inconsistentes en horas  criticas, terminando por escubillirse en justificaciones que no vienen al caso y recurriendo nuevamente a la mentira para justificar una previa.

Finalmente, el PODER para sí mismos y no para ser distribuido de manera alterizada. Son personas que tienen gente que trabaja para ellos. Jamás asumirán un sentido de equipo porque sienten una naturaleza superior. En momentos de crisis pueden llegar a ser déspotas y maltratadores, culpando al resto de sus propios errores y no teniendo la capacidad de asumir las evidencias que señalan los otros.

Con estas características podríamos mostrar a grandes rasgos un funcionamiento psicopático de la personalidad, documentado en innumerables publicaciones y estudios científicos, pero lo que más preocupa es que son patrones de funcionamiento que hemos visto en nuestras autoridades durante las crisis sociales y sanitarias que hemos vivido como país en el ultimo periodo.

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