Frase del día: "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten" Mateo 7,16. 12-14

El camino del Charlatán

By on 24 julio, 2021

Alberto F. Velásquez Castro

“Presta atención porque la nave está en tus manos,

apártala de ese humo y de esas olas”.

La Odisea.

Existe el camino del líder. Su contracara es el camino del charlatán. La senda del charlatán comienza en el lenguaje. Las palabras no son poca cosa. Somos seres que vivimos en y con las palabras. Es imposible pensar sin palabras. El pensamiento y el lenguaje van unidos. Pareciera ser que son indisociables. El mundo se nos da por medio del lenguaje. Es por lo anterior que intentar dañar o torcer el significado de las palabras es temerario y peligroso. Es más, la historia nos recuerda que cuando ello ocurre las consecuencias por lo general terminan siendo trágicas. El lenguaje es dúctil y es presa de los demagogos, los charlatanes, los sofistas y los dictadores. Es con el mismo lenguaje que se declara amor y a la vez se ordena asesinar.  Vale recordar las palabras de Umberto Eco: el lenguaje es todo aquello que sirve para mentir. Y exacerbar esa posibilidad es siempre la tentación del que ejerce el poder.

En la esfera política muchos intentan trastocar el significado del lenguaje. El populista, el charlatán, el mistagogo y el dictador intentan robarnos las palabras, cortarlas del diccionario. Ellos lanzan sus redes, muchas veces silenciosamente, para escamotearnos los significados. El mal político siempre busca reducir nuestro del lenguaje. Su ambición es doblarlo, torcerlo y utilizarlo para conservar el poder y proteger sus intereses. En este sentido la política siempre camina al borde del abismo; más cuando el poder se vuelve un fin en sí mismo. El poder obliga y no siempre es fácil escapar de la tentación de obligar a todos. Muchas veces se comienza doblegando el lenguaje, cambiando el significado de las palabras y se termina en un sótano arrancando uñas con un alicate. La historia es pródiga en ejemplos.  Esa tentación es la que recorre de Pisístrato a Julio César, de Trujillo a Franco y de Stalin a Putin.

Es en la esfera pública donde compartimos significados en común, donde nos sentimos parte de un todo mayor. En ese espacio que media entre el poder y la individualidad; entre el estado y la persona; entre el mercado y el individuo; es donde se juegan los objetivos liberales. Esa triada que ha dado vida al mundo moderno: “igualdad social, libertad económica y justicia legal”. Es ese espacio; el espacio público el que el aspirante a tirano (el charlatán, el chamán) intenta copar con su discurso. El Charlatán no quiere más palabras que la cacofonía de su voz. El charlatán no quiere más arte que el que dibuja su rostro. El Charlatán huye del humor, escapa de la ironía y desprecia el sarcasmo, sarcasmo sí, pero para los otros para los que el siente sus enemigos. El charlatán atrae para usar, para disminuir y para destruir si es necesario. Al contrario, el maestro, el verdadero maestro (si es que existen) busca encender fuego en el espíritu.

Disminuir la esfera pública, reducir el lenguaje, reducir el mundo, ver reflejado continuamente su rostro en el espejo esa es la ambición secreta del charlatán, su aspiración máxima es la tiranía. El tirano goza con la caza de brujas. Ignora la hambruna (Stalin). El tirano ama las cruzadas y si no se encuentra una la inventa (Franco). El tirano inventa guerras (Galtieri) El tirano no tiene escrúpulos, cuando el lenguaje ya no le funciona lanza bolsas al mar (Pinochet) El tirano usa el poder para satisfacer sus más oscuros deseos (Trujillo). El tirano busca eliminar al diferente para demostrar su superioridad, obvio después de sus limpiezas ya no queda nadie que le haga sombra. El tirano olvida todo pudor. El camino del charlatán comienza robándonos las palabras y escondiendo sus significados. El aspirante a tirano se saborea cuando imagina que miles toman desayuno en el tazón que lleva su imagen. Roguemos para que en nuestro horizonte no aparezca un charlatán, y menos que adquiera mucho poder.  Si aparece que Dios nos encuentre confesados.

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