Fuga de capital humano en Loncoche, ¿Un problema a la vista de todos?
Sebastián Rodolfo Robinson Silva, Candidato a Concejal por Loncoche.
A partir de que tomé la decisión de postular al cargo público de concejal municipal por Loncoche, me he dedicado de forma exhaustiva a analizar cada uno de las principales problemáticas que, según las vecinas y vecinos de nuestra comuna, afectan más a la población. Por lo anterior, me ha tocado escuchar de forma reiterada, sobre todo desde la población joven (16 a 29 años de edad), que Loncoche no posee las condiciones necesarias para retener a la juventud técnica y profesional que, tristemente, no tiene mayores opciones que emigrar hacia nuevos horizontes para lograr desarrollarse de forma laboral.
Lo anterior no es solo algo que me ha tocado escuchar, sino que he visto con mis propios ojos en mi vida de estudiante universitario. No era para nada extraño tomar buses entre las seis y ocho de la mañana que salían repleto de jóvenes, muchos de ellos estudiantes y trabajadores recién egresados de sus carreras, teniendo que viajar diario ya que las posibilidades de arrendar en la comuna de destino se escapa del poder económico que poseían en ese momento.
Lo anterior, bajo mi visión, presenta dos grandes problemas. En primer lugar, Loncoche no ofrece espacio de crecimiento a su población joven, generándose una fuga de capital simbólico que a la larga puede llegar a ser catastrófico. Por otro lado, estamos haciendo que nuestro Municipio “envejezca”, ya que precisamente es la población adulta mayor la única que se va quedando, para la cual tampoco existe un plan de desarrollo claro y viable en torno a superar las problemáticas que esta población posee (algo pendiente desde hace varias administraciones atrás).
En resumen, uno de mis focos de trabajo es establecer un camino para una futura salida a esta problemática. Es importante señalar que hablamos de un problema estructural, por lo cual sería una falta de mi parte decir que en cuatro años se puede cambiar esto. Sin embargo, a través de un trabajo en conjunto, donde población civil, sector empresarial y administración pública se sienten a dialogar, se pueden construir las bases para que este escenario vaya cambiando y nuestros jóvenes vean en su Municipio una tierra de oportunidades, de valor y de un espacio para la transformación y el crecimiento personal.
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