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La alcaldesa imaginaria: Las preguntas que no realizaron

By on 9 diciembre, 2020

Por Alberto Velázquez Castro

Durante los últimos días se ha comentado sobre la oficialización de la candidatura de Sandra Gransotto al sillón alcaldicio. El viernes realizó su presentación oficial en el medio radial. Dicho audio se repartió ampliamente por wasap. La presentación abunda en buenismo, emocionalismo, definiciones imprecisas, medias verdades y lugares comunes. Lo más llamativo es que lo no dicho y lo no preguntado es lo más importante. Pareciera ser que la candidata carece de conciencia histórica y de sentido histórico, (no sé si será mucho pedir a politiquillos de pueblo). Al parecer, ello ocurre porque hasta ahora ha sido  incapaz de construir un relato coherente y mínimamente razonable que dé cuenta de sus acciones pasadas. Indudablemente, la política no es lugar para santos. El poema más famoso de Nicanor Parra, el hombre imaginario, nos servirá de analogía. Ello porque la candidata pareciera vivir en un mundo imaginario. A ratos pareciera vivir solo en la bondad de su imaginación y ser presa de sus sesgos cognitivos.

Lo llamativo es que el hecho más trascendental de la vida pública de la candidata fue omitido por completo. No existió ni en sus palabras ni en las preguntas que le fueron planteadas. Los hechos son los hechos. No porque los neguemos o los pasemos por alto dejan de existir. Antes de votar por usted, Loncoche merece a lo menos una explicación. Por ello, debe aclarar por qué faltó a sus deberes voluntariamente adquiridos. Nadie la obligó a ser DIDECO. ¿Puede un ciudadano, común y corriente, ir y pedir que le arreglen la ficha social, (hoy registro social de hogares), y que lo pasen como minusválido? Con esa acción antepuso el interés personal al bien común. En consecuencia, ¿qué nos garantiza que si obtiene más poder, que el que tuvo, no antepondrá su interés personal al interés común? ¿Por qué deberíamos confiar?

Era dable que la candidata antes de comenzar e informar urbit et orbit, (a la ciudad y el mundo),  que buscará la alcaldía de Loncoche, comenzara por pedir perdón, o a lo menos, disculpas. En cambio obtuvimos mates que dejan el corazón llenito, cariño, afecto, cosas bellas, en fin palabrerío buenista y emocionalista. Indudablemente, todo pensamiento comienza con una emoción, pero aquí se echa de menos las ideas y el pensamiento. Se nos incita al desarrollo, pero qué desarrollo; nadie sabe. Se nos habló de responsabilidad pero esa palabra ahí dicha es como hacer tañer campanas de palo. Lo anterior, es la típica retórica del ocultamiento, pero ya sabemos que se oculta.

La política, tan despreciada hoy, no es cualquier cosa. Aristóteles nos recuerda que los seres humanos somos seres políticos. La memoria nos dice que en la política clásica el más alto ideal humano es el ejercicio de la ciudadanía; y la deliberación en el espacio público. Si algo nos debe enseñar el 18 O es que no podemos despreciar la política y dejársela a un grupo cerrado que nos hace creer que poseen una magia espacial. Todos sabemos que muchas veces se debe negociar con el diablo pero algo distinto es venderle el alma.    

En fin, mientras la candidata no delibere públicamente y nos explique por qué se debe votar por ella, será una alcaldesa imaginaria. Puede incluso que gane, pero sin un reconocimiento del pasado, y sin un proyecto razonable; nos  llevará a todos a un mundo imaginario, su mundo imaginario. Y en su imaginación todo es bello, cariñoso y  lindo. Nos encantará con sus palabras cual flautista de Hamelin. No hay políticos impolutos, siempre es un caminar en la cornisa, pero a lo menos los ciudadanos merecen una explicación. Seguirán resonando las preguntas no hechas ¿Por qué debemos confiar?  ¿Qué nos garantiza que no utilizará el poder en su propio beneficio? No es el momento de la imaginación. Es el momento de la racionalidad, roguemos para que los loncochenses no renuncien a pensar. El hombre imaginario (el poema de Parra) sufre por amor. La alcaldesa imaginaria  vive en “irreparables grietas imaginarias/que representan hechos imaginarios/ocurridos en mundos imaginarios/en lugares y tiempos imaginarios”.

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