Frase del día: "Tratad a los demás como queréis que ellos os traten" Mateo 7,16. 12-14

La importancia de no usar la infancia como objeto de marketing político

By on 23 septiembre, 2019

Por Marco Silva Cornejo, Mg. Ciencias Sociales Aplicadas UFRO.

Alimentar a los niños, niñas y adolescentes es un acto humano y de solidaridad de la especie.

Nadie podría estar en contra de aquello.

Sin embargo, envasar la comida para niños de primera infancia que aún no manejan los procesos de lecto escritura o que están en plena etapa escolar con el nombre en mayúsculas del Alcalde de Loncoche, es un triste acto de instrumentalización de los niños y niñas con intenciones políticas que roza el filo de la Convención de Derechos de los Niños y Niñas y que por lo demás es un acto falto de pudor y que constituye una mala práctica, pues la infancia es un sujeto de derecho y no un medio de propaganda política.

En buena hora los niños pueden tener un refresco o colación, pero la idea de ponerle un nombre al acto ensucia en sí mismo el gesto y aún más nos interpela desde la ética profundamente.

Quisiera en mi calidad de académico de asignaturas asociadas a Infancia poner un énfasis muy particular en el hecho de que somos agentes de modelaje que enseñamos con nuestros propios actos a los niños y niñas, por tanto, la señal de que es legítimo instrumentalizar a otros es educativamente perverso y de muy mal pronóstico en la construcción futura de la vida social.

Como acto final de este desafortunado evento liderado por el Alcalde de Loncoche, Ricardo Peña, este intenta extender la responsabilidad al Concejo Municipal, sin embargo, en conversaciones con concejales de la comuna, estos se muestran sorprendidos e indignados con el hecho y reclaman total ignorancia frente a la mala práctica, dirigiendo los dardos de la responsabilidad a la primera autoridad comunal.

Desde esta humilde pero categórica carta, deseo expresar mi malestar y preocupación por instrumentalizar la comida de los niños y niñas con fines políticos por parte del municipio de Loncoche.

Espero que las energías y los recursos se focalicen en el arreglo de las calles y de las plazas y sus juegos infantiles deteriorados que son el verdadero gesto de una genuina preocupación por la infancia.

Los niños y niñas son nuestro verdadero y más preciado tesoro, no los ensuciemos con nuestras ambiciones personales ni instrumentalicemos su comida con marketeo de nombres que presentan afanes electorales, pues no es bueno, no se hace y constituye una falta de respeto a ellos y sus familias. Quien desea regalar en su rol de autoridad lo hace anónimamente. Ese es el sentido del verdadero servicio público.

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