Loncoche: el acoso y las flores
Por Alberto Velázquez Castro
Aunque tiren nuestras flores
Se atribuye a Aby Warburg la expresión: “Dios está en los detalles”. Con ella se suele aludir a que hay aspectos sencillos y pequeños que solemos pasar por alto pero que delatan o señalan hechos más profundos y decidores. En este aspecto recordada es la ocasión en que Margarita de Inglaterra al salir de la coronación de la reina se detiene un instante para arreglar el hombro de un oficial, saca una pelusa y le da unas suaves palmadas. Ese hecho público develó una relación oculta. Hay hechos y situaciones que solo son posibles cuando hay un alto grado de intimidad. El detalle de tomar las flores y esconderlas bajo los helechos de la municipalidad revela la intencionalidad de ocultar, de esconder, de no querer mirar. ¿Qué recuerdos les traían las flores? ¿Qué es lo que ni siquiera quieren mirar? La expresión popular dice “el que nada hace nada teme”. ¿Por qué resultaron tan molestas las flores en el frontis de la municipalidad?
Aunque tiren nuestras flores
¿Qué dicen los hechos? Un sumario que se extiende durante un año, un sumario supuestamente terminado que no ha sido sancionando. Una mujer relegada a una pequeña oficina. Una mujer a la que se le impone como jefe a su posible agresor. Una oficina de la mujer que no defiende a las mujeres. Preguntas que no se responden. Una carta que la administración no contesta. Un consejo que no se pudo realizar; un señor que no llega. Flores que se esconden y ocultan. Son hechos que se van encadenando. Un solo hecho extraño no dice mucho. Pero múltiples hechos extraños y encadenados; ¿qué nos dicen?
Aunque tiren nuestras flores
Los manuales más básicos de comunicación estratégica dicen que cuando se produce una crisis lo peor es guardar silencio. Llevamos semanas sin que nadie de la administración dé una explicación a la ciudadanía. Por el contrario, se espera que pase el tiempo. La estrategia de siempre; tratarnos como tontos. Pareciera que para algunos el acoso es normal, que forma parte de las reglas no escritas y del precio que hay que pagar por desarrollarse profesionalmente. Lo que aquí está en juego no es solo una polémica más. Lo que se juega es cómo se maneja y ejerce el poder. ¿Hasta qué punto el poder está para servir y proteger a los ciudadanos? Se juega la transparencia versus la opacidad; la probidad versus la corrupción; y los intereses personales versus el bien común.
Aunque tiren nuestras flores
La política no se la podemos dejar a los políticos. Cada vez que se las dejamos a ellos las cosas públicas, las cosas comunes se vuelven oscuras y opacas. El espíritu de cada consejo municipal debe ser el de una sesión de control a quien ejerce la conducción comunal. Al poder siempre hay que ponerle límites, el poder siempre debe ser dispersado. Muchos están dispuestos a renunciar a su dignidad con tal de obtener un trabajo o de conservarlo. Otros creen que los hechos ocurridos no son importantes. Algunos dicen las cosas siempre han sido así. ¿Qué hacemos ante el dolor de los demás? Hoy al anochecer un niño será abusado, una mujer será violentada, una mujer será golpeada y lo más probable es que nadie diga nada. Habrá padres que mirarán hacia el lado. Y Habrá familiares que lo justifiquen. Y el poder, el poder pasará de largo como siempre.
Aunque tiren nuestras flores
¿Cuántos candidatos a alcalde fueron a dejar una flor? ¿Cuántos candidatos alzarán la voz cada vez que se abuse y se golpee a una mujer? ¿Cuáles son sus propuestas para que estos hechos no vuelvan a ocurrir? ¿Fue usted Sra. Sandra? ¿Usted que se victimizó cuándo alguien se atrevió a pedirle cuentas públicamente? ¿Fue usted Sr. Alexis Pineda? ¿Usted que nos dice que otro Loncoche es posible? ¿En ese otro Loncoche estará permitido acosar y golpear a las mujeres? ¿Usted Sr. Nelson Fuentes, usted que no dice nada; tiene algo que decir?
Aunque tiren nuestras flores
Entonces a los que tiraron y ocultaron nuestras flores recordamos la novela La Fiesta del Chivo de Mario Vargas Llosa y sus aterradoras páginas sobre la experiencia vital de Urania y la corrupción del poder. También recordamos a James Rhodes en su libro Instrumental donde nos cuenta la desgarradora experiencia del abuso. En fin, para terminar vayan unos versos de Shakespeare sobre el amor, aquello que algunos no pueden comprender:
“Que absurdamente pueda ser tanta su impureza,
Que abandone la suma de mis bienes por nada.
Porque el vasto universo para mí es poca cosa,
Pero en él tú eres todo; mi plenitud, mi rosa”.
Deberíamos dejar más flores, esas flores que ustedes no quieren ver.
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