Semblanzas Loncochenses: Juvenal Cerda Soto
Dos experiencias dolorosas marcan su éxodo y su regreso: el fallecimiento de su padre al cumplir seis años de edad y la enfermedad y posterior deceso de su amada esposa Selinia que ocurre el año 2010.
Asocia a su Padre con el Diario La Época, expresando ansias de leer un ejemplar. Su Esposa… sigue presente en sus dos hijos y cuatro nietos y en cada detalle del Hogar, particularmente en las plantas de interior que atiende con la prolijidad del arte de amar.
Luego de peregrinar en su adolescencia y primera juventud por tierras australes y Argentina, al regresar realiza en Valparaíso estudios técnicos que le permiten postular a la Armada, ingresando el año 1966 al Instituto Hidrográfico de la Marina y posteriormente a la Escuela de Armamentos. Se acoge a jubilación después de 28 años de servir a la Patria con el grado de Sargento, experiencia que análoga con la formación de su hogar por los trascendentes valores que se cultivan día a día y que contribuyen al desarrollo de una sociedad responsable.
De su niñez en Loncoche evoca el sentido de unidad y la práctica de la solidaridad de las familias de los Hermanos López; la calidad humana de su Profesora Inés Sandoval en la Escuela Parroquial y la amistad con sus compañeros Chile Jara y Juan Carlos Chacón.
Hoy, su quehacer oscila en ir a la parcela, visitar a su hermana Ivett, participar activamente en la Iglesia del Señor, esperar la visita de sus hijo e hija, retribuirla viajando a Concepción o Puerto Montt y, en fin, planificar cada día, el aquí y el ahora, con el orgullo de sentir que su tierra es la mejor…
Ricardo Véjar Cortés
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