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Semblanzas Loncochenses: Leopoldo Torres Valdés, un joven que “anda” en los 94 AÑOS de edad

By on 1 febrero, 2020

Por Ricardo Véjar Cortés

En el atardecer de su vida, Leopoldo Torres Valdés, junto a su querida esposa Luz Herminia Gómez Pino, sigue interactuando con evidente “alegría de vivir” lo que, a diferencia de la gran mayoría de los “adultos mayores”, especialmente los de la “cuarta edad” que no ven futuro,  él,  junto con no volver la vista atrás, sigue pensando en el mañana, verbigracia, planificando la celebración de sus 66 años de matrimonio y la construcción de su nueva casa habitación…  Mantiene un excelente estado de ánimo y una plena integración familiar, social e intergeneracional.

Leopoldo y Luz Herminia nacieron en el sector rural de Elocoyán, lugar donde pololearon y se casaron el 15 de febrero de 1954.

Como en toda relación conyugal hay dichas y desdichas. Tuvieron la dicha de dar  vida a Dinelia del Carmen (Técnico en Párvulos); José Benigno; Ruperto Waldemar (Militar); Rosa Berta (Secretaria); Carmen Luz (Asistente de Farmacia) y Marcela Cecilia (Ingeniero Civil en Obras Civiles). Tuvieron la desdicha que José Benigno falleció recién nacido y Ruperto Waldemar a los 54 años, constituyéndose en un dolor que ha sido muy difícil mitigar.

Se acoge a jubilación el año 1993, después de una dilatada e intensa vida laboral que comienza  en el campo donde desde niño participó en los quehaceres que son atinentes al trabajo familiar. Luego, la formalidad laboral,  la realiza en la ciudad de Loncoche, siendo su primera experiencia como  obrero en la Tornería Nebe, (5 años);  continúa en la industria  LONCOLECHE, (9 años) y culmina su vida como trabajador dependiente en Vialidad, (26 años).

 Después de haberse iniciado “lavando tarros” en Loncoleche, Leopoldo evoca con sentimiento y emoción su segundo trabajo: el transporte de leche desde fundos relativamente cercanos a la Planta. A las 07 horas “enyugaba dos yeguas” a un coloso, vehículo en el cual recorría los fundos de los señores Menzel, Khunz, Quintas y Rivas. Recuerda en la especie lo sacrificado de esta actividad,  que resultaba especialmente “dura” con ocasión de  lluvias torrenciales.

La dinámica de su quehacer en Loncoleche le permitió realizar otras funciones, no obstante, su interacción con el Jefe máximo nunca le fue satisfactoria, razón por la cual presentó su renuncia y seguidamente ingresó como Auxiliar en Vialidad, “servicio público” al que dedicó 24 años en Loncoche y dos años en La Serena.

Hoy,  junto a sus proyectos personales y familiares y,  demostrando en  su rostro gran preocupación por lo que está sucediendo en el país a partir del mes de octubre, relata que siente gran regocijo en las actividades que realiza con los Adultos Mayores, lo  que le permitió disfrutar de un exquisito desayuno con el Presidente Piñera y la Primera Dama de la Nación.

 

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