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Semblanzas Loncochenses: Manuel Conejeros: MUEBLISTA DE VOCACIÓN

By Miguel Jimenez on 5 diciembre, 2022

Por Profesor Ricardo Vejar Cortes

MANUEL FERNANDO CONEJEROS OPAZO: Sus motivaciones para realizar actividades relacionadas con la madera se retrotraen a su niñez y adolescencia, etapas que transcurren en la Sexta Faja de la Comuna de Gorbea, en la década de 1930; lapsos etarios que tuvieron como acicates el aserradero que su Abuelo paterno Manuel Conejeros tenía en la vecindad; la plantación de varillas de mimbre en el campo familiar y la extracción de la cáscara para su comercialización, todo lo cual, unido y complementado con su experiencia en el Internado de los Capuchinos de Villarrica en que se familiarizó con el “corte de madera a escuadra”, fueron sus grandes aprendizajes y orientaciones que le incentivaron el año 1946 a tomar la decisión de venirse a Loncoche a trabajar en la Barraca de un Tío de su madre, situada en las calles Benjamín Viel con Manuel Bulnes.

El tío, Isaías Opazo, “que era un “buen chato”, le enseñó, entre otros aprendizajes y destrezas, “arreglar la sierra” y después, “ya Manuleto”, a trabajar en la máquina machimandrora, útil para hacer toda clase de listones. En lo específico, era un trabajo muy delicado, cuya esencia radicaba en el proceso de “confrontación de los listones”. En este quehacer recuerda a don Leonidas Bocaz, socio de su tío, quién lo invitó a trabajar en la confección de un ropero y cuyo resultado le significó “iniciar su carrera de “mueblista”.

En esta profesión, que le dio contenido a su vida, don Manuel Conejeros reconoce a don Herminio Carvajal como su Maestro, subrayando que con él aprendió el oficio de mueblista y recuerda al respecto que sus primeros aprendizajes fueron cepillar en el “torito” y trabajar con la “galopa de palo”. Posteriormente, un hito interesante en su vida fue trabajar con don Pancho Silva en la fabricación de “Piyamas de Madera”, lo que relata con serena hilaridad porque se está refiriendo a los “ataúdes”.

Finalmente, en el proceso evocativo de “llegar a ser Mueblista”, don Manuel Conejeros refiere su histórico encuentro con el gran profesional de la madera, don HEINZ NEBE quién, en su primer encuentro, luego de mostrarle algunos libros le preguntó “si podía hacer los muebles que aparecían graficados” y, ante la respuesta afirmativa, lo invito a trabajar con él.

En el establecimiento del Gran Artesano NEBE, don Manuel, “Mueblista de Vocación”, confeccionó una gran variedad de muebles en madera de “castaño” y aprendió a enchapar diversos bártulos tales como armarios, alacenas, estantes, gabinetes. Reconoce con orgullo haber sido su discípulo.

En la década del sesenta, luego de contraer matrimonio en primeras nupcias con Magdalena Fuentes, QEPD, instaló su propia Mueblería en calle Prat 275, donde continuó su oficio “a mano pelada” por carecer de los recursos para adquirir máquinas. No obstante, su esmero, dedicación y por sobre todo “el don de mueblista, le permitieron con el tiempo lograr la necesaria implementación, todo lo cual se tradujo en la fabricación de muebles que le dieron prestigio dentro y fuera de la Comuna, verbigracia Bibliotecas, Murales, Living, Comedores, etc. Con legítimo orgullo refiere que tuvo requerimientos de diversos lugares del país, incluso desde Antofagasta.

Hoy, después de más de 70 años de oficio, ha debido dejar de trabajar afectado por una trombosis en una pierna; no obstante, tiene la dicha de compartir su ancianidad con su amada cónyuge MARÍA ALICIA FIGUEROA BASCUR y recibir periódicamente la visita de sus 4 hijos, 8 nietos y 6 bisnietos.

Para don Manuel, la unión con MARÍA ALICIA, tuvo una significación familiar y trascendencia social de la cual siempre se ha sentido orgulloso; particularmente cuando con auténtico deleite revisa las fotografías de su segundo matrimonio y observa a uno de sus hijos bailar con la NOVIA y, junto a ellos, recordar la presencia de amigos que ya no están, como su Padrino TOMAS PÜCHEL y Señora, su Amigo EDUARDO RODRÍGUEZ, y su Suegro y Vecino OSVALDO FIGUEROA, entre otros.