Opinión: Una verdad incómoda
Alberto Velásquez Castro
Las tres claves que pusieron a Loncoche como ejemplo a nivel latinoamericano en el ámbito educativo están comenzando a desaparecer.
Hay verdades que a algunos les resultan incómodas.
El estudio Las llaves de la educación señala que hacia 2020 Loncoche destacaba por la evolución positiva de sus indicadores educativos. Por ejemplo, reducción del retiro de estudiantes en 5 puntos; aumento de puntajes en matemática: 20 puntos en educación básica y 40 puntos en enseñanza media. Es decir, que, en un panorama de bajo rendimiento del sistema educativo, la comuna de Loncoche logró aumentar la presencia de la educación pública. El mismo estudio (Las llaves de la educación) señala que son tres los factores que posibilitaron tales resultados: a) Apuesta por directivos y docentes b) continuidad en las políticas educativas y c) confianza en las escuelas. Han transcurrido 26 días desde que se inició el año escolar y ya van aflorando dificultades que derivan de decisiones tomadas por el sostenedor hace algunos meses.
En agosto se reestructuraron de improviso los equipos directivos. En al menos cuatro de los establecimientos más grandes se designaron nuevos directivos. Y comenzó un clima de desconfianza que extendió rápidamente. Los nuevos directivos de exclusiva confianza del sostenedor tienen menos independencia porque saben que dependen de la voluntad política del alcalde. Lo más extraño es que más de una plaza docente ha sido seleccionada por agentes que no saben de educación. Sintomático es el caso de Viviana Geeregat quien recurrió a la Contraloría por la decisión del alcalde de destituirla. La Contraloría ha resuelto dos veces para que sea reintegrada a sus funciones, pero ello aún no ocurre. La apuesta por directivos y docentes está en entredicho.
Entre agosto y septiembre el sostenedor solicita al concejo municipal una modificación presupuestaria para hacer un PADEM (plan anual de desarrollo educativo municipal) de Lujo. ¿Qué paso con ello? Nadie sabe con claridad. El hecho es que hubo dos PADEM. Uno hecho por el departamento y otro hecho al parecer por la fundación Aula Creativa. Los concejales estudiaron y analizaron el PADEM trabajado por el departamento de educación. Pero a la hora de su presentación terminaron aprobando un PADEM externo. PADEM externo que en más de un 30% es una copia del PADEM hecho por el departamento educación en 2019. ¿Por qué no se aprobó el PADEM presentado por el Departamento? ¿Cuánto se pagó a una institución externa por un plan que durante 10 años fue hecho por el departamento de educación sin que implicara ningún costo extra?
Entre noviembre y diciembre se impuso una plataforma (Classtrack) cuyo valor fue de 25 millones por el software (a la empresa CODE lovers) y 25 millones por la capacitación (a la empresa Aula Creativa). Plataforma que hasta ahora no ha sido validada por el MINEDUC. Plataforma que conlleva un libro digital que no funciona y, por ende, se debe llevar un registro informal de la asistencia. Las listas de los cursos no están cargadas y, por lo tanto, el desorden administrativo es mayúsculo. Los profesores no pueden firmar sus clases ni anotar los contenidos. Plataforma en la que las asignaturas electivas no existen y, en consecuencia, no hay objetivos que permitan planificar. Lo anterior, supone una grave falta a la normativa fijada por la superintendencia de educación. Más aún, la plataforma juega al filo de la navaja con la libertad de cátedra consagrada en el estatuto docente y se apodera del trabajo intelectual de los profesores ya que se vuelve dueña del material que a ella se sube.
La pandemia implicó un desafío mayor para los profesores. Muchos debieron aprender a sobrevivir en el mundo digital. Y muchos lo hicieron con éxito. Ello significó mucho estrés. Hoy los profesores no deberían estar aprendiendo a usar una plataforma nueva. En el caso de Alborada y del Liceo Bicentenario ya tenían una, que habían escogido conforme a sus necesidades, y funcionaba. Ahora deberían estar abordando el problema de convivencia escolar que nos heredó la pandemia. Sin embargo, ahora deben planificar en una plataforma que no permite que todos planifiquen. Ahora deben pasar asistencia en una plataforma que no permite pasar asistencia (lo están haciendo en hojas). Ahora deben anotar sus contenidos en una plataforma que no permite anotar contenidos. Ahora hacen asignaturas en una plataforma en la que no existen dichas asignaturas. Todos estos hechos demuestran que no se confía en directivos y docentes; que no se dio continuidad a las políticas educativas y que ya no se confía en las escuelas y liceos.
Y así pareciera se están esfumando CINCUENTA MILLONES DE PESOS destinados a mejorar la educación de los estudiantes más vulnerables de Loncoche.
¡Esa es la verdad por incómoda que sea!
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